Descartando el destino
""Comenzó la más memorable y alta
ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros"Miguel
de Cervantes"", leyó en un viejo trozo de papel que cayó al romper aquella
botella de vidrio. Pasaba su dedo por cada palabra escrita con una tinta negra
indeleble. Miró a su alrededor, pero no había más información. Estaba rodeado
de trozos de maderas astilladas, basura y remos viejos. Aquella galera parecía
haber estado allí unos 20 años.
Dentro de toda su trayectoria; pasando por
Hungría, Alemania, Polonia, Holanda, Suiza, Dinamarca, República Checa hasta
Francia; este fue un lugar que nunca estuvo documentado pero fue parte de sus
nueve años de viajes. El lugar estaba desolado, a penas se oía el choque del
agua al tocar la orilla y a esas viejas maderas de la enorme estructura en la
que estaba subido. Luego de tener aquella cita rondando por su cabeza, René
Descartes acompañado de la cálida brisa del atardecer de Regio, en plena Bota
Itálica; decide emprender un viaje para averiguar qué ocurrió con semejante
escritor, además del descenlace de la Guerra de Lepanto.
De regreso a sus aposentos, fue pensando en
que necesitaría ayuda de sus viejos amigos. Los conoció a este grupo de
astilleros quienes habían migrado desde Francia hasta Italia y se habían
convertido en unos expertos de la construcción de barcos bizantinos y de paso,
ver quiénes podrían ser remeros voluntarios. Tras un mes y algunos días más, en
el anochecer del 23 de julio de 1635, todo estaba listo para zarpar. A penas se
entreveia el alba del 24 de julio de ese año, lo remeros, hasta siete por
bancada tomaban asiento en bancos empotrados en una parte en el mamparo del
corredor y otro del costado.
Sobre la cubierta de la galera iban
dispuestos a una y otra banda los bancos de los remeros existiendo una
división, llamada cirugía que permitía ir de la popa a la proa. Aquí es donde
Descartes se instaló con el fin de vigilar y animar a los remeros. Las
cuadradas velas empezaban a agitarse a medida que la nave iba tomando rumbo.
Este tipo de barco, era impulsado por la fuerza de los remos y en ocasiones por
el viento pero no se contaba con que dentro de la tripulación, había un señor
de unos 53 años que con su basta experiencia en remos, hizo algo inesperado.
Las aguas estaban un poco agitadas pero
Descartes estaba seguro de la fortaleza de aquella estructura y sabía que tenía
que ir contracorriente. Por eso, dijo al discípulo acompañante que le confiaba un
momento el liderazgo de aquella nave,
sentía que luego de tres largas noches sin dormir para tener todo listo,
debía descansar. Así fue. El muchacho era muy entusiasta y altruista, pero
conocía poco del rumbo, no había por dónde perderse pero el señor de 53 años de
la tripulación, había retomado los remos y aseguraba conocer la ruta. El
muchacho a cargo decidió seguir sus instrucciones que parecían tener bastante
sentido , y así todos los remeros tomaron ese rumbo.
Mientras tanto, al cabo de algunas horas,
Descartes se levanta muy asustado, no sabía si era parte de su cansancio lo que
acababa de asimilar, era una pesadilla o simplemente una fantasía. Sin embargo
lo vio tan claro que no pudo evitar frotarse los ojos y ver que si era una
cuestión que se podía hacer real. Antes del viaje había sido advertido de que a
pocas horas debía estar pendiente de los piratas, pues hace mucho que alguien
no pasa por ahí, por aquel gran islote. A penas volvió en sí, comunicó a los
remeros lo que pensaba y de inmediato tomó una hoja de papel arrugada, con la
esquina mojada y con su pluma empezó a escribir entre otras cosas lo que se le
venía a la mente. Puso en consideración lo que le habían acabado de contar,
y fueron entonces en dirección opuesta a la que él había dicho. Entonces escribió: x²-6x +
5 a lo que su pluma después contestó x1x2= 3±√ (-3²)-(-√5²).
Pensaron que estaban perdidos pero al
acabar su análisis lo único que gritó con todas sus fuerzas fue
:"¡Aleluya!". Se reunió con algunos tripulantes pero su perplejidad y
confusión motivó a Descartes a dibujar
lo que quería decir y resultó en esto:
Donde NO:
√5 QN : 3 NP :3
Este dibujo se convirtió
entonces en un mapa que ayudó a no caer en la red de los piratas evadiendo aquel islote y reveló que no solo era uno, sino que había otro paralelo a ese.
Finalmente, lo hizo simple y concluyó que
desde su punto de partida se habían desviado (QO) 2 leguas hacia el primer
islote, y que gracias al señor mayor y su intuición no se fueron para el otro lado,
pues el segundo islote estaba a tan solo 1 legua. Siendo de esa manera, habrían
llegado mucho más rápido a ese islote y sido atrapados por piratas por el
profundo sueño de Descartes. Esto gracias a que el señor de la tripulación en
ese momento recordó que se trataba de una distancia de 3 leguas entre islotes.
Descartes tomó de nuevo las riendas de la
nave y animó a todos a qué remaran esas tres leguas y que de ahí no habría
ningún cambio. Fueron cantando y contando historias con Descartes a la cabeza. La única verdad es
que luego de esto, se corrobora que todo pasa por algo. Así es como semanas
después, al llegar a Lepanto, encuentran solo a la estatua de Miguel de
Cervantes y muchas historias de galerías
atrapadas.por.piratas .
Sin embargo este método de resolución de
Descartes, se ha mantenido en secreto durante años para que no llegue a oídos
de los piratas,( pocos lo conocemos pero puede que está sea la explicación) y que
como consejo, la próxima que salgan de Italia en una galera hacia Grecia, nunca
avancen una legua en línea recta, remen primero 2 leguas hacia el Mar Tirreno y
regresen esas tres por la periferia y estarán seguros.