sábado, 3 de agosto de 2019




Descartando el destino


    ""Comenzó la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros"Miguel de Cervantes"", leyó en un viejo trozo de papel que cayó al romper aquella botella de vidrio. Pasaba su dedo por cada palabra escrita con una tinta negra indeleble. Miró a su alrededor, pero no había más información. Estaba rodeado de trozos de maderas astilladas, basura y remos viejos. Aquella galera parecía haber estado allí unos 20 años.

    Dentro de toda su trayectoria; pasando por Hungría, Alemania, Polonia, Holanda, Suiza, Dinamarca, República Checa hasta Francia; este fue un lugar que nunca estuvo documentado pero fue parte de sus nueve años de viajes. El lugar estaba desolado, a penas se oía el choque del agua al tocar la orilla y a esas viejas maderas de la enorme estructura en la que estaba subido. Luego de tener aquella cita rondando por su cabeza, René Descartes acompañado de la cálida brisa del atardecer de Regio, en plena Bota Itálica; decide emprender un viaje para averiguar qué ocurrió con semejante escritor, además del descenlace de la Guerra de Lepanto.

    De regreso a sus aposentos, fue pensando en que necesitaría ayuda de sus viejos amigos. Los conoció a este grupo de astilleros quienes habían migrado desde Francia hasta Italia y se habían convertido en unos expertos de la construcción de barcos bizantinos y de paso, ver quiénes podrían ser remeros voluntarios. Tras un mes y algunos días más, en el anochecer del 23 de julio de 1635, todo estaba listo para zarpar. A penas se entreveia el alba del 24 de julio de ese año, lo remeros, hasta siete por bancada tomaban asiento en bancos empotrados en una parte en el mamparo del corredor y otro del costado.

    Sobre la cubierta de la galera iban dispuestos a una y otra banda los bancos de los remeros existiendo una división, llamada cirugía que permitía ir de la popa a la proa. Aquí es donde Descartes se instaló con el fin de vigilar y animar a los remeros. Las cuadradas velas empezaban a agitarse a medida que la nave iba tomando rumbo. Este tipo de barco, era impulsado por la fuerza de los remos y en ocasiones por el viento pero no se contaba con que dentro de la tripulación, había un señor de unos 53 años que con su basta experiencia en remos, hizo algo inesperado.

    Las aguas estaban un poco agitadas pero Descartes estaba seguro de la fortaleza de aquella estructura y sabía que tenía que ir contracorriente. Por eso, dijo al discípulo acompañante que le confiaba un momento el liderazgo de aquella nave,  sentía que luego de tres largas noches sin dormir para tener todo listo, debía descansar. Así fue. El muchacho era muy entusiasta y altruista, pero conocía poco del rumbo, no había por dónde perderse pero el señor de 53 años de la tripulación, había retomado los remos y aseguraba conocer la ruta. El muchacho a cargo decidió seguir sus instrucciones que parecían tener bastante sentido , y así todos los remeros tomaron ese rumbo.

    Mientras tanto, al cabo de algunas horas, Descartes se levanta muy asustado, no sabía si era parte de su cansancio lo que acababa de asimilar, era una pesadilla o simplemente una fantasía. Sin embargo lo vio tan claro que no pudo evitar frotarse los ojos y ver que si era una cuestión que se podía hacer real. Antes del viaje había sido advertido de que a pocas horas debía estar pendiente de los piratas, pues hace mucho que alguien no pasa por ahí, por aquel gran islote. A penas volvió en sí, comunicó a los remeros lo que pensaba y de inmediato tomó una hoja de papel arrugada, con la esquina mojada y con su pluma empezó a escribir entre otras cosas lo que se le venía a la mente. Puso en consideración lo que le habían acabado de contar, y fueron entonces en dirección opuesta a la que él había dicho. Entonces escribió: x²-6x + 5 a lo que su pluma después contestó x1x2= 3±√ (-3²)-(-√5²).

    Pensaron que estaban perdidos pero al acabar su análisis lo único que gritó con todas sus fuerzas fue :"¡Aleluya!". Se reunió con algunos tripulantes pero su perplejidad y confusión motivó a Descartes  a dibujar lo que quería decir y resultó en esto:





Donde NO: √5       QN : 3          NP :3
    Este dibujo se convirtió entonces en un mapa que ayudó a no caer en la red de los piratas evadiendo aquel islote y reveló que no solo era uno, sino que había otro paralelo a ese.

    Finalmente, lo hizo simple y concluyó que desde su punto de partida se habían desviado (QO) 2 leguas hacia el primer islote, y que gracias al señor mayor y su intuición no se fueron para el otro lado, pues el segundo islote estaba a tan solo 1 legua. Siendo de esa manera, habrían llegado mucho más rápido a ese islote y sido atrapados por piratas por el profundo sueño de Descartes. Esto gracias a que el señor de la tripulación en ese momento recordó que se trataba de una distancia de 3 leguas entre islotes.



     Descartes tomó de nuevo las riendas de la nave y animó a todos a qué remaran esas tres leguas y que de ahí no habría ningún cambio. Fueron cantando y contando historias  con Descartes a la cabeza. La única verdad es que luego de esto, se corrobora que todo pasa por algo. Así es como semanas después, al llegar a Lepanto, encuentran solo a la estatua de Miguel de Cervantes  y muchas historias de galerías atrapadas.por.piratas .

    Sin embargo este método de resolución de Descartes, se ha mantenido en secreto durante años para que no llegue a oídos de los piratas,( pocos lo conocemos pero puede que está sea la explicación) y que como consejo, la próxima que salgan de Italia en una galera hacia Grecia, nunca avancen una legua en línea recta, remen primero 2 leguas hacia el Mar Tirreno y regresen esas tres por la periferia y estarán seguros.