lunes, 20 de junio de 2016

A quien más conozco



Era uno de esos días
en donde las nubes al cielo cubrían
a unas dos damas
que en mucho se parecían.

Mostraban una posición
quieta y juiciosa pues sentadas,
parecía que teniendo estaban
una importante conversación.

Sus miradas hablaban lo suficiente,
cara a cara entre ellas podían
reflejar sus sentimientos pero
presente teniendo frontera de separación.

Apoyadas la una a la otra,
con sus manos sujetadas
mostraban una unión
que poco a poco se separaba.

La presencia del fino hilo
entre sus corazones,
suponía ser el eje
que censurarían las tijeras con su filo.
"Las dos Fridas".-Frida Kahlo

El posible dedal
para esta herida,
podía ser el retrato
 de aquellos que la querían.

Al parecer se habla
de la superación
con su “segundo accidente”
que la hace sola conocerse.

Todo lo que fue
impulsado con su corazón
se encuentra salpicado
en su oscuro pasado.

Era uno de esos días
en donde nos damos cuenta de  que
la ausencia de luz, el frio y el aislamiento,
ya se olvidaron.

Es cuando en solo una
pieza de nuestra vestimenta,
podemos mostrar que entre lo variable de lo verde,
hay también un serio e intelectual azul.
   
El vínculo íntimo de este día,
se describe detalladamente
en los espejos que reflejan
mi alma gemela.

Fusionando ambos hemisferios,
uno femenino intuitivo izquierdo
versus la autoridad y energía del derecho,
nadie más nos conoce como nosotros.

Entre oleos de colores
accidentes y caídas,
nuestro autorretrato
va más allá de la tela.

Quizá algún día entonces,
cuando el corazón duela
puedes encontrar apoyo y protección
en tu segunda alma.

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