¿La jerga puede ser un determinante lingüístico para un país?
Que interesante resulta exponer algo que vivimos día a día.
Cuando estamos en contacto con nuestros hermanos, parientes y especialmente con
amigos estamos utilizando un área del conocimiento muy importante como es el
lenguaje. El lenguaje se puede hacer presente a través de mensajes de texto,
llamadas, conversaciones e incluso por video llamadas. Esto quiere decir que
entre horas de clase, recreos, fuera de la escuela o en nuestro tiempo libre
estamos constantemente utilizando nuestro lenguaje con el fin de que nuestros
destinatarios capten muy bien lo que queremos decir a través de un recurso como
son las jergas.
Estas se pueden considerar como una manera en que los jóvenes
se sientan identificados a través de los términos o simbología que se les
otorga a las palabras o frases. Sin embargo si es que se lo usa en exceso, el
verdadero sentido del lenguaje dejaría de ser comprendido. Por eso es que vemos
que las personas mayores, es decir padres, abuelos y tíos no pueden llegar a
comprender muy bien lo que sus hijos o nietos le están queriendo transmitir.
En otras palabras el
cambio generacional hace que personas mayores no entiendan del todo lo que
alguien joven le puede transmitir fuera de un ámbito formal. Pero ¿será que las
palabras que se utilizan son muy complejas para entender? ¿Nuestros antepasados
las usaron? ¿Es nuestro léxico de un grupo lo que en verdad nos hace
entendernos entre “panas”? podríamos reemplazarlo por otras palabras?
Para tener más clara esta idea, lo analizaré desde el punto
de vista de pertenecer a una jerga quiteña. Ciertamente muchas de estas frases
o palabras son están dentro del diccionario pero en nuestro léxico no se usa precisamente
con el verdadero sentido de la palabra. Es decir que palabras como “loco”, “denso”,
“amarrado”, “cacho”, “fresco” entre otras, no están literalmente escritas en el
diccionario como en el léxico juvenil se las utiliza. Por ejemplo, cuando una
persona dice “Es cacho loco no te enojes”, con “cacho” no se está refiriendo a
que es justamente un trozo de algo o a un cuerno de un animal sino se refiere a
que es un chiste. Segundo, la palabra “loco”, se la utiliza para referirse al prójimo
en lugar de utilizar la palabra amigo o llamarla por el nombre, se ha visto que
independientemente de que sea hombre o mujer la palabra sigue siendo “loco”.
Por otro lado palabras completamente distintas al verdadero
significado se han empleado de igual manera para decir algo específico como “cachas”,
“trola”, “fresco”, “denso”, “fijo o fijaso”, “simón”, “naranjas”, “foco o
focaso”, “no, no mas” entre otras. “Cachas” se define como ponerse musculoso o
muy fuerte y cuando dicen “si me cachas?” no tiene sentido sin embargo hace
referencia a preguntar si es que alguien entendió tu idea. Así podemos decir
que dentro de este léxico juvenil o jerga, el manejo de c[códigos que se
utilizan para transmitir un mensaje al receptor correspondiente, es muy amplio
por la construcción efímera de sus verbos y gramática.
Si es que pensaron que esto se dio solamente en esta generación
o que es algo que ha surgido recientemente están equivocados. El uso de jergas se
remontan al siglo XII en Francia “jergón” que se refería al canto de los pájaros,
era una onomatopeya del gorjeo de las aves y luego se refiero a las cosas erróneas
que hablaban los filósofos, ladrones y niños[1],
es decir lo que indica el sentido figurado de garganta. A esto nos referimos entonces
de que la jerga se ha venido “modernizando” a partir de realidades contemporáneas
e incluso por la televisión.
En síntesis lo que esto quiere decir es que a través del
tiempo y en todos los países se ha desarrollado este tipo de “idioma”
característico de la juventud como una forma de referirse a una situación con
un significado especifico mas no con las diversas definiciones que un
diccionario puede proveer. Personalmente el uso correcto del lenguaje es la única
manera de llegar al receptor directamente sin dejar espacio a que este tenga
sus propias interpretaciones y que nuestro mensaje llegue distorsionado. Es por
eso que pienso que vale más tener este léxico juvenil en cuanto a que queramos
que se nos entienda precisamente lo que queremos decir.
Por otro lado, si es que acostumbrarnos a cambiar el
vocabulario por la jerga, lo que ocurrirá es que al momento de hablar no solo
con personas mayores a nosotros sino con personas de otros países siendo estos
jóvenes igual que nosotros, no podremos transmitir ese mensaje correctamente ya
que puede que para otros jóvenes signifique completamente incongruente lo que
estamos diciendo, o viceversa no podremos entender lo que nos dicen. En
definitiva, lo que verdaderamente nos determina es el lenguaje que se utiliza y
este conteniendo un “idioma” particular que nos hace diferentes con respecto a
otros países que también son hispanohablantes.
A continuación testimonios de parte de jóvenes quiteños de
los efectos que han causado estos términos en sus vidas [2]:
[1] http://etimologias.dechile.net/?jerga
[2]http://www.lahora.com.ec/index.php/noticias/show/1101218855/-1/La_jerga_juvenil_siempre_var%C3%ADa.html#.VVSYO_l_Oko
No hay comentarios:
Publicar un comentario